En el trabajo, el amor, el deporte, los negocios. Competir
impulsa a la persona y los equipos a superarse. Sólo aquellos que compiten, a
pesar de las derrotas; que pueden ser muchas y continuas. A la larga resultan
ser ganadores.
Esa es la magia de la ambición competitiva: que nos hace
mejores. Y también la principal razón por la que vale la pena competir bajo
esta óptica.
Se ha desvirtuado el concepto de ambición al grado de hacer
de esto una palabra negativa y pecaminosa. Debemos entender que tener ambiciones
es uno de los ejercicios más sanos que mejora el autoestima.
Es importante mencionar que existe una delgada línea de
equilibrio entre el autoestima y la prepotencia. Y aquí radica la diferencia en
el momento de competir.
El prepotente siempre se esforzará en ganar y de ser posible
humillar al de al lado, pero siempre condicionará su competencia con alguien más.
En el otro extremo la ambición competitiva siempre tiende en acercarse a su
propio potencial y su autoconocimiento.
El prepotente compite en el juego que le marcan y en ganar a
costa de lo que deba hacer para lograrlo (puede incluso en incurrir en la
trampa).
El ambicioso competitivo solo compite en un juego diseñado
por él. Tiene sus propios valores y, por lo tanto, sus propias reglas. Él
decide cuándo gana y cuándo pierde. El resultado sólo tiene valor para la
experiencia, el conocimiento y su propia y muy personal superación. Esto NO
quiere decir que no busca el triunfo. Por el contrario, su juego es acercarse a
un recurrente éxito que en línea de tiempo futuro siempre brinda satisfacción y
crecimiento.
Me permito confesarles lo que dije en cierta ocasión, ante una
numerosa y calificada audiencia: “El Desarrollo Humano es tal vez de
todas las ciencias la que implica la mayor constelación de connotaciones
plurisignificantes” (voooooiii). Y continué diciendo, ante la misma
audiencia ya no tan numerosa: “¡Oh Desarrollo Humano!, Arte predilecto
de la Ciencia, Ciencia Predilecta de las Artes.” Algunos me preguntaron,
si hablaba del desarrollo humano en general y otros si me refería al
desarrollo humano, en tanto categoría científica, inclusive varios me
preguntaron si me sentía bien. El Desarrollo Humano, seguí
imperturbable, mientras algunos más se iban retirando, está presente en
todos los actos de nuestra vida, de eso estoy harto convencido, muy
convencido y bastante harto. El Desarrollo Humano aplica en la vida, el
trabajo, para hacer gimnasia, para conversar, para comer, algunos
inclusive han llegado al extremo de complementar el Desarrollo Humano
mientras se Desarrollan Humanamente. En ese momento, el único oyente
que aún permanecía en su asiento, se despertó. Lentamente comenzó a
dirigirse hacia la salida, conmigo caminando detrás de él, leyéndole los
párrafos finales de la disertación.
Lamentablemente la audiencia para la que fui invitado era de
ejecutivos. Y todos tenían una tremenda trayectoria de crecimiento
personal y profesional, por lo cual mi ponencia no era de peso y valor
para los ocupantes de las butacas. Así que aprendí tres cosas. La
primera fue no volver a hablar de Desarrollo Humano a público claramente
Desarrollado. La segunda fue hablar de los que no han tenido la
oportunidad de participar en programas de Desarrollo Humano. Y por
último aprendí el significado de la palabra “Plurisignificante”.
¿Qué tengo que decir que no se haya dicho antes, y por qué
volverlo a repetir?
Esto se conoce como refuerzo.
Pero si los conceptos y herramientas para el Desarrollo
Humano son de sentido común. Por qué no aplicarlos?
Esa respuesta se las debo, porque en todas las empresas a
donde he ido platicar e implantar programas para Desarrollo Humano. La
respuesta automática en la mayoría ha sido. Cómo algo tan simple como el
generar autoestima en nuestros colaboradores no lo pudimos pensar antes. Para
responder de forma ágil, “El Sentido Común no siempre es el más Común de los
Sentidos”. Y para eso entramos los mentores y consultores en Desarrollo Humano.
Recuerda querido lector, las áreas de Recursos Humanos deben
transformarse en Células Facilitadoras de Desarrollo Humano y sus acciones
principales para la organización y sus recursos deben ser. Innovar, Educar,
Apoyar y Entretener.
Como empresarios en algún momento nos hemos puesto a pensar
si quiera cómo está el auto-estima de nuestra organización. Escucho con
singular recurrencia que hay apatía en tal o cual empresa a la que voy a
platicar. Dejen les informo, no me dedico a dar pláticas de motivación aunque
mis pláticas lleven algo de inspiración y motivación. Las charlas que tengo se
enfocan en abrirle la cabeza a las altas direcciones para apoyar a sus
integrantes y llevarlos a un nivel óptimo de crecimiento y desarrollo personal
que como resultado genere en la empresa una solidez marcada en resultados en
todos los departamentos de la empresa. (esta última oración merece un premio). Mantener
un autoestima sana ayuda a desarrollar el potencial humano sabiendo que todo lo
que ocupan para triunfar está dentro de la misma persona. En pocas palabras
tener autoestima sana es equivalente a formar un líder.
Recordemos que no ha habido, no hay, ni habrá nadie en
ningún lugar, que tenga la combinación de habilidades que individuales que cada
uno de nosotros tiene, incluyendo experiencias, conocimiento, intereses,
contactos, valores. Somos únicos! Y todos somos diferentes.
Te pregunto a ti empresario, cómo se marcaría la vida de tus
integrantes de hacerlos sentir que tienen las habilidades necesarias para
realizar cualquier cosa que se propongan. Hay muchas cosas que nuestros
integrantes quieren ser, hacer y tener. Y que se limitan antes de iniciar. Algunos
ni siquiera a soñar se atreven. Porque no están seguros de alcanzar sueños por
la falta de fe en ellos mismos, de otra forma llamada autoestima; y que es
ingrediente necesario para dejarnos ir en la dirección de nuestras metas.
Te invito a preguntarle a tus integrantes.
¿En qué soñarían si tuvieran la certeza de que no pueden
fallar, si estuvieran seguros del éxito? La respuesta depende mucho de una
historia que nos ha llevado a que creamos más en lo que nos dicen los demás que
en lo que nosotros mismos pensamos y sentimos.
Ayudemos a nuestros integrantes a ser la persona que pueden
llegar a ser, y trabajemos todos los días fortaleciendo su autoestima y su auto
aceptación incondicional, desarrollemos el liderazgo personal. Alimentemos la
creencia de que sí se pueden cumplir los sueños. Actúa como si tuvieras un alto
nivel de auto eficacia, de creencia en las capacidades y en nosotros mismo;
hasta convencerte. Trabajemos el autoestima, actitudes, pensamientos, hábitos y
veremos resultados en el corto plazo.
Y en un mes vuelve a preguntar ¿Qué Harías Si Supieras que
No Puedes Fallar?
“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había
nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo
malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu
amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que
te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada
tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un
paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro! Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo
te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de
necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si
respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como
eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar
para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la
eternidad?
¿Qué clase de dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de
leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo
crean culpa en ti.
Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo
único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de
alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en
el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es
lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay
pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo
dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única
oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te
di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste
bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo
que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no
quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me
sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita,
cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido?
Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del
mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la
forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí.
Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.
¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.
No se me asusten, las matemáticas de este ejercicio son muy básicas.
Transformemos la manera ordinaria en que nuestros colaboradores
pudieran estar llevando su vida y con ella obstaculizando sus propios
sueños y metas.
Si hacemos un poco de empatía a quienes participan en
nuestras organizaciones e involucramos a las áreas responsables del capital
humano podemos detectar cómo interpretan, centran atención y accionan en el día
con día nuestros más valiosos activos.
Para ejemplificarlo de manera simple. Una persona puede Interpretar
su vida como una rutina que día con día no lo lleva más allá de sus
ingresos y un salario que le permite sobrevivir. De esta interpretación
su centro de atención es verse así mismo como uno más o peor aún como un
total desafortunado que no tiene ventaja alguna sobre los demás. Y
concluye tomando acciones erradas o mínimas que únicamente le permitan
sobre llevar una vida que no sea tan dolorosa. (Esta es la receta del
mediocre)
Cuál es nuestra responsabilidad como empresa responsable de
los sueños de nuestros integrantes?
Transformar la manera en que nuestros colaboradores interpretan su
vida y llevarla de una vida de rutina hacía una visión de posibilidades
más amplias. Donde día con día se levanten inspirados y auto motivados
por ellos mismos trazando una meta que les permita alcanzar sus sueños.
Con este ligero cambio en su mente nos facilita el llevarlos a mantener
su atención en el éxito y su oportunidad de ser y lograr algo más. Para
dar pasos a la definición de acciones y actividades que lo lleven a
lograr esa trascendencia.
Recuerden esto, las mejores empresas del mundo tienen a los
mejores integrantes del mundo.
La persona que hoy está contigo es la suma de sus Interpretaciones,
Atenciones y Acciones. Ya viste que no es tan complicada esta
aritmética.
Tu amigo Frank Hdez. Estoy comprometido contigo y con que los sueños se hagan realidad.
