El Fracaso de los WEBINARS

Así se titula mi muy (mal) intencionada columna de esta mañana. Y que intensión tendrá se preguntarán mis apesadumbrados lectores. La economía del país si me lo permiten ya fue enviada definitivamente a ligas menores y puedo asegurar que mis queridos Mexicas y un servidor no estamos resignados a vivir lejos de la esquiva presa.  Tú y yo, lectora y lector, sabemos de estos difíciles trances de la lejanía y el distanciamiento que se está dando entre empleados y empleadores. Ayer martes a las ocho de la noche, mientras veía yo en yutuv, videos de gatos, me apareció una publicidad de un webinar (esta palabrita es nefasta) gratuito para ganar fortunas durante el confinamiento de COVID. Todo pretendía tener un aire casual e improvisado del tipo de «…pues vine a Plaza San Agustín a comprar unas agujetas verdes y a ver si ya estaban los afiladores de cuchillos de esos que me gustan y como pasaba por aquí, pues dije: voy a ir a platicar un rato de lo que me ha hecho millonario y exitoso en mi trabajo». Esa es la atmósfera que se pretende crear por los pseudo capacitadores. Lo malo es que en las plataformas de video transmisión, como en la vida una cosa es lo que se pretende y otra lo que se logra. Entendamos una cosa. Nadie en su sano juicio regala la fórmula del éxito. Al menos yo no lo hago, cobro y algunos dicen que cobro mucho. Yo les respondo cobro muy bien, y no lo regalo porque en parte de esto vivo. De ofrecer herramientas e implantar soluciones que den valor a empresas para hacerlas eficientes, eficaces y rentables. Al día de hoy si ustedes se dan a la tarea de buscar capacitación encontrarán un centenar de profesionales y profesionistas ofreciendo conocimiento “gratuito” pero dejen les digo, no hay nada gratis en esta vida. Y antes de que cierren el navegador imaginen lo siguiente. Si estamos en una plática suelta y cordial de martes por la noche, el presentador no puede ir vestido de presidente del Club de Leones de Cadereyta ni los espectadores estar en piyama o con pants color zanahoria tomando Tang de Mango. Añádanle a esto la cocina del instructor de fondo y verán que el resultado es todo, menos tranquilo e informal. En capacitación, decía un clásico, la forma es fondo. Si esto es así, el seminario en línea (no soporto la otra palabrita) dejó en los espectadores (éramos varios) la sensación de lo fallido, lo almidonado, lo inseguro, lo falsamente coloquial. Si lo que se nos anuncia es una charla leve y humana, no puede ser que el presentador «improvise» sobre algún tema y de inmediato aparezcan imágenes de una presentación malecha. Esto por dar un ejemplo. El caso es que yo al menos, sigo sin saber quién hizo pensar a tantos y tantos profesionistas que ofrecer capacitación cosa que nunca antes hicieron, sería de provecho. Para ellos porque nadie los va a contratar si se topan con una capacitación así. Más aún, está afectando a quienes si han dedicado una vida al entrenamiento y la capacitación corporativa. Mi consejo a los deseosos de aprendizaje; inviertan no tomen lo gratis. Lo que viví anoche, para decirlo en lengua coloquial, estuvo muy negro para huevo y muy redondo pa’aguacate. El día que gusten, todos los nuevos capacitadores, cáigase por mi face o mi twitter y programamos una sesión donde les aseguro que platicamos sin agenda, de buena fe y leve que la vida es breve; sin etiquetas y sin corbata. Obviamente por una módica cuota, porque yo si cobro por asesoría.

Frank Hdez, Entusiasta de la Vida.