9 Millones de Patos.

El pasado jueves tuve la grata oportunidad de participar en una extraordinaria sesión de disrupción mental utilizando los famosos LEGOS, que además de caros son dolorosísimos al ser pisados. Esta sesión fue guiada por María García; con gracia y conocimiento nos demostró y evidencio que hemos sido unos ineptos durante todos estos años, desde que nos entró el juicio y dejamos la infancia por la etapa adulta.

Iniciamos la sesión con una interesante dinámica donde se nos instruyó a describir en el menor tiempo posible la mayor cantidad de usos que puede tener un Clip (sujetador de papel). Con la habilidad característica que tenemos los mexicas nos pusimos a idear y a la voz de “Viva México y Los Altos de Jalisco” inició el ejercicio. Al pasar de los segundos todos íbamos redactando aquello que nos venía en mente. Su príncipe charro que se caracteriza por pensar rápido y bajo presión se lanzó con pluma y papel a la tarea. Pasados los segundos y en tono de maestra de secundaria pública nos pidieron hacer alto. Vino el momento de compartir los mil usos de un clip. Diversas, variadas y creativas opciones salieron a flote. Desde aquellos que sugirieron utilizar el clip para sujetar no una sino muchas hojas; hasta los más aventurados que sugirieron uñas postizas, encendedores rústicos, saca corchos, alcanza quesos, poncha llantas, desfibriladores, etc. Con tan variada creatividad no me quedó mucho por compartir así que sugerí utilizarlos como juguete sexual. Piénsele usted mi ruborizado lector cómo se podrían utilizar, hasta el día de hoy no sé cómo pero lo que se buscaba era creatividad y no certeza. Ahí me avisan si se les ocurre alguna idea.

Pero esto no termina aquí amiguitos. Esa sólo fue la primera parte del taller. Pronto nos hicieron llegar una bolsita “siplo” con 5 bloques LEGO. Y la petición fue hacer un Pato. Seamos honestos ni con 50 bloques habría podido construir el pico, pero recuerden que era un ejercicio disruptivo (de lo disruptivo luego les cuento). Al final logré ensamblar algo, no sé qué pero dudo mucho que los biólogos lo pudieran considerar algo de la familia de las anátidas. Lo triste del asunto es que María nos informó que con esa cantidad de piezas habríamos podido construir 9 millones de patos. Hágame usted el favor. De haber sabido eso con anterioridad a Lady Yuya no le habría invertido año con año en comprarle cajas y cajas de los valiosos LEGOS. Con la cantidad que llegó a juntar en los años que recibió esos juguetes le sirve para construirse un departamento amueblado e irse a vivir en él.

La moraleja de esta historia, la resumo en la simplicidad que tenemos como infantes donde nuestros horizontes son infinitos y la imaginación no conoce fronteras. Pensemos como adultos, lo que imaginemos como niños. Una frase más de Frank Hdez, acuñada un 150220.

Frank Hdez, Entusiasta de la Vida.